Arabesco N°01
De allí rescataban sus presencias, entre las
esferas de las pupilas, densas como el metal bajo el cual ceden el espacio y
las formas, sintieron la espuma suave y fresca cuyos rastros humedecían los
contornos de la realidad; pero el reflujo los llevaba ahora hacia las hondas e
imperturbables fantasías.
La desnudes hacía flotar las palabras inútiles,
como vestidos anticuados y sin ningún uso, perdían un sentido sagrado aunque
sus significados las hacían perseverar con cierto afán sobrecogidas por el
temor de rebelar algún fin primitivo que la profundidad, ayudada por la neblina
del miedo, desfiguraba en la distancia para caer en la hojarasca presentida, en
ese remolino de estaciones y entonces, por primera vez, sintieron el frío del
ardor que hasta allí los había unido.
Atrás quedaban la superficie y los miles de ojos
que ocupó el alma, inventando los diversos e inmaduros intentos del asirse.
Hallaba ahora su medio, mientras en la región viva de lo invisible el pez
giraba y sus colores relataban, en contraste con el azul del medio día, el
recorrido inútil y sereno de la fuente ocupada por dos sombras muertas, casi
como ante un espejo, así en apariencia ella dijo, ella preguntó arrancando a su
voz como a un fruto la pulpa del corazón: Volverás?
Paul Mendoza Malaver
Cajamarca, 2016
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